miércoles, 28 de diciembre de 2011

La cocina de la abuela de Oiza

Hace años escuché a Sáenz de Oiza hablar contra el diseño excesivamente funcional, y puso un ejemplo muy convincente.
Habló de que la cocina funcional de la Bauhaus tenía previstos exhaustivamente todos los elementos necesarios, hasta el último detalle, y todo ello perfectamente modulado y optimizado.


Era una maravilla que en los años veinte, mientras la casa de su abuela en Cáseda, Navarra, no tenía ni agua corriente ni electricidad, la cocina de la Bauhaus tuviera lavadora, horno, lavaplatos... y todos los adelantos tecnológicos.


Pero... eran todos los adelantos tecnológicos de los años veinte.
Si luego se inventaba algún nuevo electrodoméstico no cabía en esa cocina tan diseñada, tan cerrada. Si las lavadoras cambiaban de sistema de funcionamiento, o de modelo, ya no encajaban en esa cocina que tenía previstas todas las tomas, todos los huecos, todos los comportamientos.


Vamos, que con que cambiara la tensión de suministro de 125 V a 220 V, prácticamente había que tirar la casa y volverla a construir.
Todo estaba tan cerradamente organizado que no permitía ninguna improvisación, ninguna introducción de elementos no previstos.


Mientras que la casa de su abuela tenía una cocina que consistía en una buena lumbre, una pila, una gran mesa y unos muros de piedra.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Cuento de Navidad

Me encanta Manuel Vicent. El otro día escribió un estupendo cuento en EL PAÍS, que os animo a que leáis (clicad aquí).
Resumo por si no habéis clicado: Fue al Museo Oteiza de Alzuza (Navarra) y vio una caja metafísica de la que salía un hilo vertical delicadísimo, hasta el techo. Un hilo sutil minimalista que en realidad era una telaraña.
La trampa le habría encantado a Oteiza: una verdadera trampa metafísica.
Un mosquito quedó prendido del hilo, y la araña salió presta a matarlo y a comérselo.


Pero en el último momento el mosquito logró escapar y se refugió en el interior de la caja de Oteiza.
La araña, seguramente heredera de la sensibilidad cromlech del alma vasca, no osó entrar en la caja. Recorrió estupefacta el hilo y, al no hallar al mosquito, volvió a subir hasta el techo. Desistió.
El mosquito halló la salvación (en este caso no solo espiritual, sino también física) en el interior del espacio vacío, del espacio sagrado.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

el PELO TAn limpio de peter eiSenMAN

Hace ya muchos años, hacia 1985, en la Galería de los Nuevos Ministerios de Madrid se celebró una exhibición de vídeos de arquitectura, a la que asistí entusiasmado. En aquellos tiempos sin internet yo no había oído nunca la voz del viejo americano, ni había visto los gestos del gafotas suizo-francés. Fue emocionante. En sucesivos días vi todas las películas.
La que más me impresionó, con diferencia, fue una sobre los arquitectos que entonces lo petaban. A cada cual más iluminado y más caradura. Pero el námber guan, el rey o, como diría Guardiola, el puto amo, fue Peter Eisenman. Todos sus amigos habían atendido al entrevistador en poses y ambientes más o menos estupendos, pero él le atendió en la peluquería, con la cabeza inclinada hacia atrás, el pelo blanco lleno de espuma blanca, y unas manos femeninas (cuya dueña quedaba fuera de cuadro) se lo frotaban.


No tengo la menor idea de lo que dijo. Yo estaba boquiabierto, atónito, y era incapaz de leer los subtítulos. Era lo más de lo más. El requetequete hablaba impávido, con las gafas redondas puestas y la pajarita recta, mientras las manos hábiles y fieles frotaban y frotaban el pelo.
Probablemente no había ido a la peluquería. No. Seguro que habían venido a su estudio a lavarle el pelo. Un dios no tiene tiempo que perder.
¡Ole sus turmas! Concediendo esa entrevista demostraba que tenía una cara de hormigón (al menos H-25, pero yo diría H-30), y si de lo que se trataba era de ser más chulo que nadie, él lo era. Incluso más que Philip Johnson, el otro gafasredondas y hachetreinta que salía en el vídeo. Y, además, demostraba que no tenía mejor momento para atender al entrevistador, porque estaba muy liado.
Qué desfachatez, qué mala educación y qué vista de lince. (La verdad es que en aquella época tenía poquito trabajo, y ese tipo de mamarrachadas le debieron de funcionar, porque quién le ha visto y quién le ve).
Años después, en 1988, leí otra entrevista suya, no menos descarada, en el nº 270 de la revista Arquitectura, del Colegio de Arquitectos de Madrid. (Ignoro si también le estaban lavando el pelo cuando se la hicieron). Le preguntaron por la función y el tipo contestó:

¿Qué es la función? Cuando se analiza un edificio, ¿a quién le importa si funciona bien como museo o no, cuál es su uso? Cuando contemplo las villas palladianas, no me importa en absoluto para qué usos se proyectaron, yo miro a la arquitectura. Todos los edificios funcionan, y como todos los edificios no son arquitectura, la función no debe tener nada que ver con la arquitectura.

¿Pero qué narices está diciendo este tío? La cosa sigue, pero no puedo copiar más por ahora. (Me sube la tensión). Solo con esto que he copiado ya tendría para unas cuantas entradas.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Plegarias oteizescas

En estos momentos navideños surge en mí un cierto espíritu religioso.
Cuando a alguien le pasan estas cosas busca estímulos para la meditación y para hacer ejercicios espirituales (en un túnel). Y a veces hasta viaja buscando maestros, santos que le señalen un camino de salvación espiritual.
Eso hago yo. De nuevo busco al Maestro. Escucho lo tantas veces leído y escuchado, pero que siempre es nuevo y siempre es necesario.

 


En el siguiente vídeo vemos al Oteiza malaleche y cabreado de siempre, pero lúcido. Me entusiasma su lúcida diferenciación del arte del objeto y del arte del hombre, y su valoración del arte al servicio del hombre. Arte político, arte social, arte religioso.



Y coda:

sábado, 17 de diciembre de 2011

Feliz Navidad (arquitectónica)

A todos los que seguís este blog os deseo de todo corazón que el espíritu de la navidad entre en vuestras casas


y os las llene de dulzura.


Y, ya puestos a pedir, deseo que los Reyes Magos os traigan muchos regalos.



(Créditos: La primera foto la he obtenido del blog El desierto de hielo, quien a su vez agradece a Invierno Von Marcham. La segunda es una chuche de pan de genjibre (gingerbread), cuyo proceso de elaboración se puede ver en el blog Garden Melodies (hay gente pa tó). La tercera es un modelo de Lego).

lunes, 12 de diciembre de 2011

Nube de humo

El prestigioso estudio holandés de arquitectura MVRDV ha presentado su proyecto La Nube, que se iba a construir en Seúl, Corea, en 2015. Y digo "se iba" porque la cosa se ha torcido de la manera más tonta.
No ha sido la crisis, ni ningún problema técnico, sino la opinión pública, la que parece ser que va a tumbar el proyecto.
La culpa es (una vez más) del simbolismo arquitectónico. Ya lo decía yo el otro día, y no queríais hacerme caso. Pues tomad simbolismo.
Mirad esa imagen durante unos segundos y decid lo primero que se os pase por la cabeza.
Y ahora sigamos.
Son dos rascacielos que, aparte de sus prismáticas evidencias, soportan una airosa composición de células libremente encadenadas, enganchadas a ellos, en un nuevo desafío a la forma, al simbolismo y a la ley de la gravitación universal.
Tan libres son esas células, tan agradablemente dispuestas en aparente desorden pintoresco, y tanto contrastan con la rigidez de las torres, que parecen una blanda nube de algodón.
Bueno, de algodón o de... humo. Del humo de un terrible y criminal incendio, producido por un terrible y criminal atentado.
Porque, efectivamente, la gente se ha escandalizado con el proyecto. Dicen que les recuerda al atentado de las Torres Gemelas de Nueva York.
Y, la verdad, los MVRDV, tan exquisitos, un poco sí que la han cagado.
Tanto jugar con el doble sentido, con la connotación, con la figuración simbólica, y les ha estallado en las narices.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Matrícula de horror

EL PAÍS publica, bajo el título "Matrícula de horror" una lista de diez edificios que avergüenzan a Madrid, y que estarían mucho mejor derribados. (Al menos uno sí va a caer pronto).
Me parecen muy aleccionadoras y llenas de interés tanto la relación de los edificios que se proponen como las razones que se dan.
(Para leer el artículo clicad aquí).
Hoy estoy vago y os propongo que trabajéis vosotros(1). Os propongo un juego: Que publiquéis comentarios a esta entrada proponiendo qué edificios derribaríais en vuestra ciudad (o en otra) y por qué.
Por favor, no temáis no ser expertos en arquitectura, ni proponer el derribo de un edificio emblemático, de una obra maestra. (Es más, si son obras maestras nos reiremos con más ganas).
Espero vuestros comentarios. No os cortéis.

(1).- Ya sé que es políticamente incorrecto, pero para los plurales sigo utilizando el masculino genérico, como me enseñaron hace muchos años en el colegio. Sé que es injusto, pero lo prefiero a "vosotros y vosotras", "expertos y expertas", etc, y, desde luego, a la arrobita que se ha puesto de moda: "vosotr@s", "expert@s", etc. Perdonadme, chicas, y participad en este juego sin tened en cuenta esta incorrección.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El concepto moderno de espacio arquitectónico

Los del ranking de blogs de arquitectura me han subido de golpe del puesto 72 al 39. ¡Vaya! Esto me carga de responsabilidad, así que hoy debo ser serio y endiñaros un poco de doctrina.
(Que conste que me han debido de subir por algún ajuste raro. Lo primero es que de Wikio han pasado a llamarse ebuzzing, y lo segundo es que nadie o casi nadie baja de puesto, así que ha debido de haber una limpia general, y a partir de ahí volveré a bajar y a normalizarme, y trataré de las banalidades habituales. Pero hoy voy a ser pero que muy serio).
Hay un libro de Giulio Carlo Argan que se titula El concepto de espacio arquitectónico desde el Barroco a nuestros días, de los años sesenta y hoy descatalogado (como tantos y tantos libros fundamentales), que a mí me parece interesantísimo. (Era de la editorial Nueva Visión, de Buenos Aires, y aprovecho para agradecer a las editoriales argentinas la inmensa labor que han hecho por la cultura en castellano, y lo mucho que les debemos desde España. También saludo con cariño a las bibliotecas y a las librerías de viejo, que nos dejan conocer tantísimos libros que el mercado y la moda han devorado).
Bueno: Al grano. He dicho que hoy me pondría estupendo, pero tendré piedad de vosotros y simplificaré todo lo que pueda.
Aparte de esto, hay que tener en cuenta que cuando se habla de términos tan resbaladizos hay que exagerar o, por decir así, forzar los contrastes. Ni lo blanco es tan blanco ni lo negro es tan negro. Es una forma de entendernos.
Argan dice que el espacio no es una relidad objetiva, definida, con una estructura estable, sino que es un concepto; es decir, una idea que tiene un desarrollo histórico propio.
Desde el Barroco hasta nuestros días ese concepto de espacio se ha transformado desde ser considerado algo previo hasta entenderse como consecución final.
Antes del seiscientos la arquitectura se pensaba como representación del espacio, pero en el Barroco se transformó hasta concebirse como determinación del espacio.
El arquitecto del Barroco se da cuenta de que el espacio no existe previamente, sino de que él lo puede crear. Imaginaos la normativa estricta del Renacimiento, los órdenes, la claridad de composición. Entonces el arquitecto también creaba, pero su creación era para constatar que el espacio era como tenía que ser, que la obra se había realizado correctamente.
Sin embargo, el arquitecto del Barroco crea convexidades y concavidades que chocan, explosiones imprevistas y desordenadas, contradicciones. El espacio no es previo, sino que se va determinando a través de las formas arquitectónicas. El arquitecto hace que el espacio palpite, y el ser humano se ve inmerso en una concepción mental, en una abstracción que, no obstante, se materializa muy carnal y concretamente.
El espacio da vértigo.
El arquitecto ya no representa el espacio, sino que lo hace.

domingo, 4 de diciembre de 2011

El viejo optimista

El suplemento cultural Babelia del periódico EL PAÍS publica hoy una entrevista muy interesante con el arquitecto británico Peter Cook.
(Si la queréis leer, clicad aquí).
Peter Cook es un viejo lúcido, un disparatado creador de sueños absurdos tales como ciudades andantes o viviendas-burbuja portátiles.
Peter Cook fue uno de los creadores del grupo Archigram, allá por los años sesenta en Inglaterra. (¿Años sesenta? ¿Inglaterra? En efecto: puro Beatles. A mí sus dibujos siempre me han evocado el Submarino Amarillo y la Banda del Club de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta).
Los Archigram se hicieron internacionalmente famosos e hiperconocidos no por lo que construían (no construían nada), sino por sus propuestas utópicas, beat, fumadas y piradas. Su concepto urbano no era precisamente sensato: La Ciudad Andante, la Ciudad Enchufada y la Ciudad Instantánea fueron tres de sus visiones futuristas para un mundo optimista y muy enrollado. No veo yo a ningún concejal muy por la labor precisamente. Nadie entendía muy bien qué eran ni qué significaban, pero no hay un solo libro de historia de la arquitectura del siglo XX que no hable de ellas.
Eran los juglares, la voz que clama en el desierto, los profetas o los simpáticos bufones, pero no construían. Hacían gracia y ya está.
Pero el lúcido cachondo nos abre el corazón en esta entrevista y nos dice cosas muy dignas de atención. (Por otra parte, todo lo que ha dicho en su vida, siempre, ha sido digno de atención).